Entre sabanas sentí tu cuerpo
De seda y melocotón tu piel
Tu calor cubría mi frio
Mi cuerpo contigo se fundió
He sentido como en ti todo ardía
Mientras tú eras un manantial
He bebido de ti sin saciarme
Mientras tú eras un volcán
La noche se lleno de caricias
La noche se vistió de placer
La noche se hizo día
Amanecimos unidos en un abrazo
No sentimos la luz llegar
Amaneció con nuestro sueño
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