Lagrimas de ojos invisibles
Mojas mi espíritu desde el cielo
A veces placidas y suaves
A veces afiladas como insultos
Gotas tintadas de un arcoíris eterno
Tiñes el suelo con el color de mil flores
Haces espejos en el barro inmundo
Cuentas historias a quien quiera oírte
Tímida en la niebla mojada
Agreste en la dura tempestad
Querida y deseada en la ardiente canícula
Siempre inesperada aunque estés anunciada
Siempre necesaria, de rítmico paso
Siempre con tu fiereza, limpia mis pesares
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