No me niegues, no me ignores
No te mientas, no te engañes
Ódiame, grítame, échame de tu vida
Pero nunca dejes de mirarme.
Rutina maldita que matas la vida
Ruina de vida que ponzoñas la alegría
Veneno enquistado en perlas negras
Veneno de cansancio, que me paralizas
El momento cruel de la indiferencia
El sentimiento muerto de no sentir
El frío de otoño en pleno verano
Recuerdo tus labios, tu piel
Añoro tus manos, tu cuerpo
Deseo tu amor, tu pasión
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