El peso de la vida, liviano
Sin carga en mi espalda, ligero
Sin nada en mi mente, tranquilo
El corazón limpio, sereno
Destino ingrato de vicisitudes mil
Castillos de dudas son duras rocas
Fuego ardiente de deseo apagado
Miedos disueltos por la certera verdad
Cansado, dolido, aquí me encuentro,
Dejando pasar el tiempo que no tengo.
Derrochando la vida ya pasada
Sentado contra un árbol apoyado
Mi vista en el horizonte perdida
El camino parado, mi vida sigue.
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