Agua que no has de beber, déjala correr. Cuando escucho este refrán, me doy cuenta de que por mucha tecnología que tengamos, mucha ciencia avanzada, aun tenemos que regirnos por pensamientos que nos han llegado desde el tiempo del alumbrado a vela. Y que razón tiene este dicho, no solo para el agua, que no creo que fuese su origen solamente, para muchas cosas de la vida.
Nos aferramos a cosas que hemos de dejar marchar; los hijos, el tiempo, los amores que se pasan. Acaparamos por el echo de poseer mas, a sabiendas que no podemos aprovechar lo que acaparamos, que se podrirá en nuestras cestas, que lo tiraremos a la basura, sin que otros lo puedan aprovechar.
Desde que he empezado ha andar por este camino, me he dado cuenta de bastantes cosas simples; siempre han estado delante de mi, pero no las he querido ver (no me interesaba verlas) no es mas ciego el que no ve, sino el que no quiere ver.
Cuanto despilfarro a mí alrededor; y cuanto he despilfarrado. Prefiere el ser humano gastarlo o quemarlo que compartirlo.
Yo estoy intentando compartir; mi vida, mis sentimientos, mi camino, mis ideas. Con ello no es que me crea mejor, pero al menos si me siento más libre, más ser humano.
Nunca me había planteado usar solo lo necesario, pero ahora lo estoy poniendo en práctica. Con cosas sencillas, ejemplo, para que voy a comprar 12 yogures si resulta que al final se caducan 4 porque no me apetece comer yogurt todos los días.
Lo mismo se puede aplicar a tantas cosas no materiales.
Los hijos crecen, y nosotros los intentamos retener, no por maldad, por un amor mal entendido, al final pasa como con el agua, si la retenemos y no la dejamos correr, se termina pudriendo, y en vez de ser un manantial, se convierte en una ciénaga.
Yo, hablo de mi porque es a quien mas conozco, se que me he equivocado, que he levantado diques para evitar que se escapase el agua, pero los diques con las crecidas se rompen, o el agua con la sequia se convierte en barro.
Los amores, ay los amores. Las cosas del corazón, son como una lamina de agua muy fina, que corre por una pendiente muy suave, lentamente, pero mojando todo por donde pasan, pero si les pones barreras para que no pasen al final, se seca lo que esta fuera, alrededor. Se pudre lo que esta dentro, huele mal, nos emponzoña la vida.
Por eso la frase tiene una sola conclusión, o a mi me lo parece. Una sola conclusión que se define con una palabra.
Libertad
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