Todo destino va marcado por una dirección, toda dirección tiene un sentido, todo sentido esta basado en la lógica. Pero ¿porque hacer caso de la lógica, cuando queremos imaginar un destino? ¿Porque ser esclavos del sentido si nos apetece caminar hacia atrás?
Y a lo mejor me preguntáis ¿porque caminar hacia atrás? porque ese horizonte me gusta mas que el que veo en mi espalda, o porque deseo que la curva del camino cuando me vuelva, me sorprenda. O porque quiero ser ilógicos.
Siempre soñé como creo que todos vivir en el mundo al revés. Cuando crecí, me dijeron que es era ser inconformista, cuando crecí mas que eso era llevar la contraria y que hay que ir con el resto de la gente. Ahora me da igual lo que digan los demás, sigo mis propios criterios. Tomo lo bueno que me ofrezcan y rechazo o lo intento, lo malo que me encasilla.
No quiero volver a ser otro borrego de la manada, prefiero ser la cabra que va sola por los riscos, ser de vez en cuando, una cabra va bien en un rebaño de ovejas.
Porque digo esto, porque os lo cuento, porque simplemente me apetece. No quiero obligar a que lo leáis, ni a que me hagáis caso, probad a ser cabras, gatos, perros, pájaros., a no seguir la corriente que nos marcan por conveniencia.
Dejemos a un lado lo políticamente correcto. Y si hay que saltar para seguir, saltemos, o si no mojemonos, o tal vez mejor nos sentamos a esperar que construyan un puente. Una carretera, un canal.
Yo busco esa carretera que se pierde en las nubes, por eso ando hoy hacia atrás, para ver si en el horizonte las nubes tocan el asfalto y correr hacia ellas.
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