jueves, 31 de enero de 2013

Un horizonte a tu lado

Puedo ser una brisa que se enrosque en tu talle,
el roció que se prenda en tu piel
la luz del sol que caliente tus labios y tu pelo.
Puedo ser el trino de una ave que en tus oídos susurre palabras no dichas
puedo ser la magia de una flor que impregne el jardín con tu aroma

Si soy la brisa, que envuelve tu talle,
bailare mientras tu caminas,
Si el roció que toca tu piel
vestiré tu cuerpo desnudo con mis caricias
Si la luz que calienta tus labios y tu pelo,
nunca dejare que tu sonrisa deje de brillar
Si soy los trinos que susurran palabras,
te diré las palabras que la vida nunca te dijo

Y si como magia me convirtiera en tu aroma, yo solo me absorbiera para que nunca tu recuerdo se lo llevara la brisa
Y si no soy ni brisa
ni roció
ni luz
ni susurros
ni magia,

Déjame que camine a tu lado de tu mano cogido,
Pues el horizonte esta lejos y el día es largo cuando se camina en solitario

miércoles, 23 de enero de 2013

Piel de plata

Un torbellino de ideas e imágenes llenaban su cabeza, transportándola a nuevos mundos, mientras sus manos tecleaban palabras que brotaban como un torrente sin freno.
Mil ideas, mil inquietudes, se mezclaban con sus miedos y sus ilusiones, como un pájaro sus sueños revoloteaban en la vigilia de aquel viaje que se acercaba como el amanecer por el horizonte.
Sus pies desnudos sentían la arena que pisarían en un amanecer donde limpiaría su alma y su cuerpo con los primeros rayos de un sol purificador. Su cuerpo de plata fundida, su piel de bruma.
Su corazón palpitante, seguía el ritmo de una canción que marcaba un compás anhelante, sus ojos miraban oteando para descubrir las luces de la amanecida. Buscando la verdad en el sopor de la noche, se embriagada de de las sombras cambiantes que el duermevelas pintaba a su alrededor. En su alma hervía el deseo de la libertad, su cuerpo un volcán por la incertidumbre del mañana, su mente viajaba mas rápida que el tiempo. Sus manos encontrando los senderos escondidos de su alma, recorrían el sinuoso trazado de sus palabras no dichas.
¿Que pasaría? ¿Que le traería el camino? Seria verdad que cada nuevo paso es como un nuevo día? La brisa como un beso apasionado rodeo su rostro, la brisa que traía el sonido de las olas, que traía el sabor salobre de un beso robado al mar. Como el ave fénix, renació con la luz de la Luna. Y los rayos tintaron su tibia piel de plata.