jueves, 23 de febrero de 2012

A viejos tiempos, nuevos recuerdos

Chinchón, villa medieval, cocina sin florituras pero siempre buena, calles con ecos de pasado, sonido de risas del presente.
Caminito del vermut, hacia la plaza

Decir Chinchon es decir mesón y en sus mesones la comida es rotunda y sencilla. Es comida de Castilla, recia pero honesta, su pan es blanco, su vino del color de la sangre vertida en 1000 guerras

Estrechas callejas, que protegen del viento y el frio del invierno. Callejas que dan sombra y ocultan rincones en el torrido verano, pasos lejanos; algunos quedos otros impetuosos, amores y riñas. Ese es Chinchón, mil caras, mil cielos, mil mesones, mil maneras de mirarlo y de verlo.


En Chinchón como en casi todos los pueblos todos los caminos llevan a la plaza y la plaza rodeada de balcones era el mentidero, la reunión de comadres, el mercado... Vamos el salón de la casa o la cocina si la charla era mas intima

Y en cada puerta una aldaba, siempre esperando que llames, porque sus gentes como su ciudad siempre están dispuestas a abrirse para ti. Si puedes ve. Si puedes piérdete por sus calles y sus sabores, por su azul del cielo, por su empedrado suelo, por sus centenarias casas.

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