lunes, 21 de junio de 2010

La mancha de alquitrán

La mentira es como un trozo de alquitrán en la playa, quien la pisa sin verla va dejando restos por todos los sitios. La mentira mancha hasta el alma mas pura, aunque dentro de las mentiras hay también categorías. Hay mentiras que son solo engaños para no hacer daño, esas son casi buenas, porque ser caritativo siempre es un deber. Otras son mentiras piadosas, nunca se puede ser cruel con una verdad dolorosa. Otras son ponzoñosas, esas son malas porque intentan hacer daño a una tercera persona, solo quieren destruir cuando se lanzan; porque saber que las mentiras son también un arma arrojadiza, normalmente un boomerang, que quien las lanza suele recibirlas multiplicadas y si no se es experto suele recibir el golpe.

La vida esta llena de mentiras, nos mienten desde que nacemos, nos conforman con mentiras cuando somos niños, aprendemos a mentir cuanto sabemos hablar, yo diría antes, porque instintivamente un bebe y llora para que lo cojan sin que le duela nada, sin necesitar comida, sin estar mojado; sencillamente nos ponen a prueba. Pero es la mentira también puede ser el compañero de viaje de muchos seres anodinos que sin ella seguirán en el anonimato.

Cuando entras en la espiral de tener como referencia una falsedad, es difícil parar de deslizarse por el tobogán que te lleva hacia el final que siempre es un agujero sin salida. Pero nadie nada mas que tu puede frenar esa caída, solo tu puedes hacer que el tobogán deje de estar inclinando, es difícil, pero todo lo que requiere esfuerzos y sacrificios lleva a una recompensa mayor. Lo dice un gran mentiroso.

Ahora desde hace tiempo, solo me miento a mi mismo, solo me engaño para no ver la realidad que me rodea. No se si son mentiras veniales, piadosas o tal vez monstruosas y crueles, porque quiero tener una venda en los ojos , prefiero ser reo de fusilamiento, recibir el impacto y acabar que padecer una larga agonía viendo como todo se pudre a mi alrededor. Con esto no quiero decir que me rinda, con esto solo quiero endulzar el amargo trago que estamos viviendo todos. Bueno ya se que mentira es la que me inflijo cada día, es una mentira consentida. Que al fin y al cabo son las únicas que no son mentiras, esas se llaman teatro, a veces comedia, a veces dramas.

El viernes vi el mar( esto es verdad), seguía siendo azul, el cielo también tenia ese azul limpio, solo manchado con unas nubes que lo adornaban, la arena recién rastrillada parecía virgen, en la orilla las olas rompían con espuma blanca, el horizonte se fundía en un degradado de azules. Desde fuera esta todo idílico, pero al acercarme para pisar la arena, descubrí papeles entre la vegetación, mis pies se mancharon de alquitrán, la arena que estaba recién rastrillada tenia las marcas de unas ruedas, el azul del agua no lo era, pues había papeles y plásticos, lo único que era verdad era el sol y el cielo azul, bueno el mar también era vedad pero no era lo que mis ojos querían ver.

Hacia casi seis meses que no olía la sal, que no sentía el agua en mis pies, la arena entre mis dedos. La sensación fue verdadera aunque el escenario estuviese muy decorado con restos de la maldad humana o desidia, seamos buenos. Siempre me queda la imagen utópica de ese paraíso. Se que el sol, es real pues calentó mi piel, que el agua estaba fría pues mojo mis pies.
La verdad que vi estaba tintada de mentiras pero unas mentiras que no me afectan, que vuelven como ese arma arrojadiza a quien las dejo allí.

Lo único que se es que yo como mentiroso que soy( y quien diga que no es un mentiroso, que tire la primera piedra) consiento en esa mentira. Yo soy y sere un marinero de tierra adentro, un enamorado del horizonte azul, un soñador que espera que en cualquier momento una ola se eleve de los campos de trigo dorado que llenan la meseta. Todas las mañanas cuando me lavo la cara pruebo esa agua para ver si se ha trasformado, si no es agua que sale de una tubería, sino agua que ha llenado el cuenco de mis manos. Cuando sopla el viento seco de la llanura espero que mi cara se refresque con la brisa húmeda que llega de la lejana costa.

Por eso solo a ti MAR, solo a ti te consiento esas verdades consentidas que me facilitan el navegar diariamente por el desierto de mentiras provocadas, de mentiras pérfidas, que intentan hacerme zozobrar. Sigo amándote, sigo deseándote. Eres en tu agua la amante que siempre acoges a todo al que a ti llega, tu arena son las manos que acarician mi piel desnuda. Estas ahí esperando que te visiten, consientes en que te manchen, en ti mil amantes han saciado su deseo y tu has sido cómplice y parte.

Espérame sabes que siempre vuelvo a ti. No pienses que te miento, yo se que nunca me dirás mas que mentiras piadosas. Yo se que aunque tarde en volver a ti, me esperaras siempre dispuesta. La mar, cuando es amante, el mar cuando esta furioso.

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