jueves, 15 de abril de 2010

Gracias

La vida es últimamente un torbellino, un gran desagüe que hace que gire hacia un destino que veo y que por mucho que intento nadar contra él, se que al final me engullirá. Muy bien no se como he llegado a esta situación, pero no quiero caer en la mediocridad de echarle la culpa a los demás, creo que el culpable de lo que le ocurre a cada uno es el mismo; a veces por no saber mirar mas allá, otras veces por no querer ver lo obvio, otras por negar lo evidente, las mas por esperar que el resto del mundo te solucione tus problemas.

Hace tiempo comencé a soñar, soñar es bonito, pero no ves las ramas bajas que a la altura de tu cara te abofetean cuando andas, la realidad siempre supera cualquier sueño, si no fuese así, la utopía seria mejor que la vida. No creo que la fantasía sea mejor que la realidad, el porque es sencillo, prefiero una mano real en la mía, al sueño imposible de estar con la persona mas maravillosa del mundo. Con esto no quiero decir que no me guste soñar, ni que mi mente siga viajando a lomos de Pegaso, esa es una de las características que quiero que me acompañen hasta el día de mi muerte, quiero no perder mi parte de niño.

Muchas veces he estado tentado de dejarme arrastrar por el remolino, que inexorablemente y sin piedad me acerca a mi fin, ¿para que luchar? Y muchas veces después de preguntarme esto; he acelerado mis brazadas para escapar y así poder conocer a alguien que hace que mi vida sea otra vez mejor, que me anima a luchar, que nada conmigo durante un rato. Muchos han conseguido salir del remolino, tal vez, pienso que yo les he ayudado un poco y eso hace que mi lucha valga la pena.

Hoy después de mucho, después de muchas palabras sin sentido, pero todas expresadas con sentimientos, he pensado en dejar de escribir, de parar mi viaje. Pero resulta que antes de ponerme a escribir, la lluvia ha empezado a caer tan quedamente, tan suave, tan fresca y limpia. Que al final, como una hoja llena de tachones, con mala letra, se ha convertido en una mancha, en un mal sueño, he seguido nadando, aunque llueve y el horizonte se difumina, he visto el borde del remolino. Aun lejos, aun casi inalcanzable.En ese borde he visto manos tendidas, he visto gente animándome a seguir andando, a seguir haciendo camino, a perderme en bosques y desiertos, a que cuente mis viajes, mis sueños, mis sentimientos, dudas, alegrías o penas.

Por eso sigo manchando el virtual papel, que con virtual tinta, dibuja cada día un nuevo horizonte; puede que también virtual. Puede que el mundo virtual que he soñado tantas veces, las caricias escritas y no entregadas se conviertan en caricias reales, que alguna vez alcance esas manos amigas que me quieren sacar de este maldito bache, se que están ahí, que no me dejaran hundirme. Al menos la amistad sincera vale más que todo el dinero y las posesiones.

Gracias, gracias por tenderme vuestras manos.

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