martes, 5 de enero de 2010

La cienaga

Cuando esta mañana empecé el viaje, me sentía entumecido por el descanso forzado por los acontecimientos. El sendero por el que estaba caminando seguía, pero hay veces que e obligan a regresar. Eso me ha pasado, me he recluido en otras obligaciones, aunque mi mente seguía vagando por los nuevos horizontes.

Al enjaular a un gorrión el animal suele morir de tristeza, no importa que la jaula sea de oro, esta toda llena de barrotes. Desde la ventana de mi habitación solo se divisa la cacofonía regular del horizonte de edificios, y el cielo gris y plomizo de estos días. Me encana la lluvia, pero en la ciudad es fría y gris, hace que los edificios se llenen de manchas grises y negras de la contaminación.

Es siempre tan triste y gris la línea paralela de cielo que se ve desde las calles, tan duro y monótono el suelo asfaltado. Prefiero el caos de la naturaleza silvestre, la combinación de verdes marrones, grises, ocres, naranjas. Los charcos, el barro, la madera, las hojas caídas.

Bueno hoy comencé a andar de nuevo, emprendí mí camino y nada mas comenzarlo me tope con una ciénaga. Al principio no me di cuenta que entraba en ella, el musgo, y el suelo húmedo ocultaba el barro, el agua, la podredumbre. Mis primeros pasos, me indicaron que el terreno estaba blando, pero no le preste atención, ni le di importancia, al siguiente me hundí, mi pie se metió en el barro, intenten en vez de sacar el pie, con el otro avanzar, buscar terreno firme, me puse nervioso, quede atrapado, hundido.

Las ciénagas son los problemas del camino, como en la vida si cuando un problema, una dificultad hace que te atasques, terminas hundido, inmovilizado, no ves solución.

Pero salir de cualquier problema, igual que salir de un barrizal no es cuestión de intentar por la fuerza solucionarlo, no podemos intentar hacer mas fuerza, ni luchar sin ver las soluciones. Porque el final es previsible, terminas rindiéndote. En la marisma de la vida, solo sale quien aporta ideas, quien se atreve a mancharse de barro, quien no le da miedo tumbarse en la turba. Hoy me he llenado de barro, pero al final he cruzado el lodazal. Siempre al otro lado suele haber agua corriente para poder lavarse, además en medio de los pantanos suele florecer el Loto, los nenúfares.

Los problemas son como ese barro que te absorbe, intentamos salir y nos hundimos, luchamos y nos hundimos, pero si nos paramos, observamos, pensamos, buscamos una zona mas seca, mas firme salimos.

Espero encontrar de nuevo un camino sin barro, ahora ya veo el final de esta charca, lo que veo me hace sonreír, veo un claro y un arrollo, veo una franja de azul en el horizonte, las nubes siguen, pero la lluvia que cae ahora, me limpia del barro, los problemas como las ciénagas también se acaban.

3 comentarios:

  1. ES MUY DIFICIL VER EL AGUA DEL OTRO LADO DE LA CIENAGA, NADIE, PENSAMOS EN ESE AGUA, SOLO EN LO Q EN ESE MOMENTO ACONTECE.
    ES CIERTO Q HABRIA Q MIRAR AL ESE OTRO LADO...
    PERO Y SI DESPUES DE ESA CIENAGA VIENE OTRA Y OTRA Y OTRA... VAMOS Q LA VIDA MISMA.
    LUCHA LUCHA Y LUCHA

    ResponderEliminar
  2. Despues de la primera ciénaga, se va aprendiendo a sortearlas, a no hundirse, a pisar en las zonas mas firmes, la vida, es una escuela, en ella día a día vamos aprendiendo de nuestros errores, si no fuese así, tampoco apreciaríamos nuestras victorias, nuestras alegrías. Animo, siempre hay agua clara al final.

    ResponderEliminar
  3. despues de la primera aprendes a sortear la segunda y las que vengas despues pero es tan dificil llegar a buen puerto y sortearlas que a veces te rindes aunque luego intentes sobreponerte pero cuesta arrancar y ver la claridad del agua un saludo

    ResponderEliminar