jueves, 3 de diciembre de 2009

Macedonia de frutas

Muchas veces hay cosas que no comemos si nos la ponen solas, frutas que no nos gustan, personas por las que tenemos prejuicios injustificados, todo es debido a muchos factores sociales, ambientales, culturales o sencillamente a nuestro desconocimiento, nuestro miedo a lo nuevo y a lo que no conocemos.
Hace 35 años en España, había poca gente de fuera de nuestras fronteras, solo los turistas que venían en verano, a ponerse mas oscuros, o coloraos que era el resultado mas normal. Aun así el español se relacionaba poco con los extranjeros, nunca hemos sabido hablar en inglés, creo que estamos negados para otros idiomas, lo intentamos pero parecemos indios sioux. En aquellos años en nuestro país era raro ver a una persona de raza negra, tal vez los únicos los que vivían cerca de las bases yanquis, y aquella gente tenia mucho dinero para gastar.
No hacia mucho tiempo que los de aquí emigrábamos, por necesidad (después muchos dijeron que era por que querían saber lo que era la democracia, que cínicos; el hambre fue la justificación de una generación completa).
Nuestros muros, cadenas y fronteras fueron cayendo. A España regresaron unos pocos de nuestros emigrantes y empezamos a ser un país receptor de gente que como nosotros antaño buscaban mejorar en la vida, mandar dinero para que los suyos en su tierra pudieran comer, empezamos a ver mas razas, mas colores, mas culturas. Para los de mi generación supuso un impacto cultural, para nuestros hijos es normal compartir pupitre con más de una nacionalidad, con más de una religión.
Antes lo curioso era en un colegio tener un compañero de fuera del país, ahora lo raro es no tener alguien de fuera o mejor de padres emigrantes, porque la mayoría ya han nacido en España aunque no se sientan españoles, ¿Por qué? Muy fácil por que no queremos o no hemos querido los nativos aceptar su cultura. Con esto no justifico, ni quiero justificar una política de inmigración desastrosa, sin regulación. A nosotros no nos dejaban ir a Alemania si no había trabajo allí, y si no éramos invitados por el gobierno alemán. Pero eran otros tiempos y además a lo echo pecho. Lo importante es que aunque los padres somos unas bestias pardas que hemos entrado en Europa, pero no hemos dejado que Europa entre en nosotros, nuestros hijos y sus hijos son amigos, están poniendo los cimientos de una futura sociedad multicultural llena de matices, creo que una sociedad mas justa, la variedad siempre hace que miremos con mas horizonte. Espero que como el futuro esta aquí, ya es presente, y el presente ya es pasado, los que vivan dentro de 35 años sean una mezcla, un conjunto que recuerden que todo lo que pasaron de pequeños ahora esta asumido, que no es raro ver en una familia varios colores, que el color de la piel solo esconde el rojo de la sangre de todos, que el idioma es un nexo de unión y no una barrera para crear un gueto.
Una fruta esta buena, la manzana, la pera, el plátano, la fresa, solas sin mezclar tienen un sabor único, pero cuando hacemos una macedonia se combinan los sabores, y muchos ganan, otros se acoplan, otros se combinan, al final nos tomamos hasta el jugo.
Nuestra civilización va camino de ser como una macedonia de frutas, y eso me gusta. Espero que para vosotros sea un plato apreciado, porque podéis poner vuestra fruta favorita también.

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