lunes, 21 de diciembre de 2009

La calma

Cuando llega la calma, al final de la calma. Parece ser que la calma siempre es un estado transitorio, pasajero, efímero entre dos periodos de tumulto, de tormenta, de odio.
Nunca hablamos de la calma nada más que para resaltar que se aproxima un problema, que ha terminado una guerra. Al tiempo entre las dos guerras mundiales se la llego a denominar la tensa calma. Somos seres amantes de la revuelta, de la rebeldía, de la revolución. Y no digo que eso sea malo, gracias a esa inquietud el ser humano ha avanzado en su desarrollo. Pero a costa de que. Yo me pregunto ¿No hubiésemos llegado a donde estamos sin tanta crueldad?
¿No seriamos más sabios si hubiese habido una calma que hubiese durado más tiempo?
¿Qué hubiese sido del ser humano? si después de la primera discusión, muerte, guerra. Hubiese mirado atrás pensando en como evitar la próxima vez esos errores, acaso el tiempo que utilizo el guerrero en pensar un arma mas potente lo hubiese utilizado en pensar un método para alimentar a su pueblo no hubiese surtido mas efecto, nos hubiese echo mas sabios, mas sensatos.

Había un país en el oriente al que llamaban el reino de los 1000 años de paz. Dejo de serlo, ahora lleva casi 600 años de guerra y el ultimo medio siglo ni siquiera es un país son dos.
No aprendemos, no queremos aprender. Esperamos siempre. Pero no sabemos que, lo único que si sabemos es que por principio no estamos de acuerdo. ¿Por qué? Pues porque no lo hemos pensado nosotros, por que queremos ser siempre el centro del mundo, el nomber one, de las ideas, el máster del universo. O simplemente porque nunca leemos todo el prospecto de la medicina.

¿Somos Homos Sapiens? ¿O somos hombres individualistas? No se cada día me lo planteo mas, el hombre no esta echo para vivir en comunidad, en sociedad. Acatamos las leyes, pero no las aceptamos. Asentimos con la cabeza, mientras pensamos no te lo crees ni tu. Ayudamos con una mano, mientras afilamos la espada con la otra.
Estas épocas que son para algunos fechas de hermandad, de amor, de felicidad. Son una calma entre la tormenta de la vergüenza, del odio, de la envidia. Estamos acostumbrados a la rutina de la paz y el amor. Pero si hasta los nombres son falsos. “noche Buena” Alguien le pregunto a María si esa noche de parto y dolor fue buena. Se nota que la historia la escribimos los hombres. Y luego ¿que celebramos? ¿El final de un año? o ¿el principio de otro? O tal vez la incertidumbre, el miedo a que se acaben las fiestas, la magia la ilusión, y llegue la realidad, los pagos, el colegio, el trabajo, la guerra, el odio, las criticas.

Alguien me dijo que era un demagogo. Puede ser, pero mejor ser un demagogo que ser una persona impasible, que solo mira la metafísica, la realidad. Yo sueño, la utopía es bonita, el hablar de ella mas. Si ser demagogo es creer que lo irrealizable se puede realizar yo lo soy. Pienso que una pequeña acción es comienzo de una revolución, pero no quiero una revolución exprés, no quiero una revolución de sangre, no quiero una de flores (son bonitas pero muchas tienen espinas), quiero una revolución de gestos.

Cuando en el mar en calma, tiras una piedra provocas ondas que pueden llegar a ser un maremoto. “Lo llaman efecto Mariposa”, me gusta el nombre de este efecto, ¿porque no? Dejemos que sus alas creen un huracán que nos limpie de los paréntesis que encierran las calmas.

2 comentarios:

  1. he leido todos los dias tu block y hoy te has superado sigue asi un saludo y felices fiestas

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  2. Muchas gracias, espero que pueda conseguir que sigas leyendo todos los dias. Felices fiestas.

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